Las terapias con plasma de personas curadas se remontan a antes de la pandemia de gripe española de 1918. Se basan en el hecho de que las personas que se han recuperado de una infección viral tienen anticuerpos en su sangre que pueden detectar y destruir rápidamente el virus la próxima vez que ataque. La transfusión de plasma en los pacientes, y potencialmente en las personas expuestas a una infección, puede reforzar sus sistemas inmunitarios y protegerlas frente al virus.
Madrid, España (ElDiario.es).- Según las conclusiones provisionales de varios ensayos llevados a cabo por médicos [que están investigando posibles tratamientos eficaces para curar a los enfermos de Covid-19], la terapia con plasma sanguíneo de personas que han superado el coronavirus podría ser beneficiosa para los enfermos más graves.
Dos equipos de médicos que trabajan en hospitales distintos de China trataron a quince pacientes gravemente enfermos con plasma sanguíneo de personas ya curadas y pudieron constatar que su estado mejoraba considerablemente.
En un estudio piloto, los médicos de Wuhan administraron «plasma convaleciente» (denominado plasma hiperinmune) a diez personas gravemente enfermas y comprobaron que la carga vírica en sus cuerpos disminuía rápidamente. En el plazo de tres días, los médicos observaron una mejoría en los distintos síntomas, como problemas para respirar, dolores en el pecho, fiebre y tos.
Xiaoming Yang, del Centro Nacional de Investigación de Tecnología de Ingeniería para Vacunas Conjuntas de Wuhan, ha indicado que el tratamiento es una «prometedora opción para ayudar» a los pacientes gravemente enfermos, pero ha puntualizado que se necesita llevar a cabo otro ensayo con mayor número de pacientes para confirmar los hallazgos. Los detalles del estudio piloto se han publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
Otro equipo de médicos dirigido por Lei Liu, del Hospital de Terceros de Shenzhen, administró plasma de pacientes curados a cinco enfermos graves. Todos mostraron una mejora de los síntomas después de las transfusiones y, en un plazo de 10 días, pudieron desconectar a tres de ellos de los respiradores que los mantenían con vida, según un informe preliminar publicado en el Journal of the American Medical Association.
Este descubrimiento alimenta la esperanza de que el plasma sanguíneo de los pacientes que han superado la enfermedad sirva para reforzar el sistema inmunitario de las personas más vulnerables y para que puedan combatir la infección. Sin embargo, hasta la fecha solo un reducido número de pacientes han sido tratados con plasma y estas transfusiones no forman parte de ningún ensayo clínico oficial, por lo que resulta imposible saber cuan beneficiosa es realmente esta terapia.
Las terapias con plasma de personas curadas se remontan a antes de la pandemia de gripe española de 1918. Se basan en el hecho de que las personas que se han recuperado de una infección viral tienen anticuerpos en su sangre que pueden detectar y destruir rápidamente el virus la próxima vez que ataque. La transfusión de plasma en los pacientes, y potencialmente en las personas expuestas a una infección, puede reforzar sus sistemas inmunitarios y protegerlas frente al virus.
ENSAYOS EN NY Y REINO UNIDO
Ante la posibilidad de que esta terapia puede ser eficaz y con el objetivo de frenar el brote de coronavirus en Nueva York, algunos médicos de Estados Unidos han decidido probarla en pacientes y en las próximas semanas se podrían iniciar ensayos similares en el Reino Unido. El Servicio Nacional de Sangre del Reino Unido ha comenzado a analizar la sangre de los pacientes para encontrar plasma rico en anticuerpos que se puedan utilizar en esos ensayos.
El profesor David Tappin, investigador principal de la Universidad de Glasgow, ha solicitado autorización al Instituto Nacional de Investigación sobre la Salud del Reino Unido para llevar a cabo dos ensayos clínicos con plasma de pacientes recuperados. Estos ensayos tienen por objetivo buscar evidencia científica de que el plasma puede proteger del contagio a los que trabajan en primera línea, evitar que el estado de salud de algunos enfermos empeore y necesiten respiradores en la UCI, y mejorar el estado de salud de aquellos que ya están gravemente enfermos.
Tappin ha señalado que los ensayos de Wuhan son relevantes porque parecen indicar que la terapia con plasma hiperinmune para pacientes gravemente enfermos es segura. «Los resultados ofrecen esperanza para estos pacientes», señala. No obstante, ha puntualizado que para tener la seguridad de que el plasma tiene un impacto positivo sobre el curso natural de la enfermedad y que es una terapia segura para grupos más amplios de población, este tratamiento tiene que incluirse en ensayos clínicos oficiales.
El profesor Munir Pirmohamed, presidente de la British Pharmacological Society [Sociedad de Farmacología del Reino Unido], también es partidario de ser cautelosos ante estos ensayos llevados a cabo en Wuhan. «Todos los pacientes recibieron otras terapias que también se investigan para tratar la COVID-19, incluidos antivirales como el remdesivir», señala.
“También es importante tener en cuenta que en lo relativo al plasma convaleciente tenemos preguntas sin resolver sobre si es un tratamiento seguro, por ejemplo si puede transmitir otros agentes y el aumento de anticuerpos de la enfermedad», añadió. «Incluso si se demuestra que funciona, la escalabilidad para tratar a un gran número de pacientes puede ser un problema».
Traducido por Emma Reverter